Realizamos un nuevo reportaje al restaurante filipino Vin Vin´s (c/ Mesón, 18), un año después de nuestro primer artículo sobre su cocina. El cocinero Arvin Siapo hace cocina principalmente del norte del archipiélago filipino, de donde procede, con mucho protagonismo del cerdo. Es una cocina que recoge influencias de las cocinas chinas, españolas (y, a través nuestra, llegaron los ingredientes latinoamericanos), o las estadounidenses, como culturas que han tenido una presencia notable en el país. La gaditana Angélica Primoi se encarga con mucha eficacia y simpatía de la Sala, ahora especialmente centrada en una terraza espléndida en la calle Silencio, cerrada por la trasera del Teatro Romano (por cierto, una pena que a ninguna administración turística se le ocurra sustituir la actual valla metálica por una mampara transparente que permitiera ver el monumento).
En Filipinas se come de forma informal y en grupo, normalmente sirviéndose en la mesa todo a la vez, para que cada cual vaya tomando de los platos. A diferencia de otros países asiáticos no usan palillos sino cubiertos occidentales como la cuchara y el tenedor. El cuchillo, como nos contó Angélica, se considera un arma, y no se pone en la mesa. En Vin Vin´s, por supuesto, te lo dan si lo pides, pero nos parece una interesante aproximación cultural comer lo más parecido posible a como se hace en el país filipino. Una garantía de la autenticidad de esta cocina es la permanente presencia de trabajadores filipinos comiendo aquí, bien por ser parte de la tripulación de algún crucero (antes de la pandemia) o, ahora, por estar reparando o en mantenimiento en los astilleros uno de esos mismos grandes barcos.
Empezamos con estas Lumpia Shangai (rollitos de ternera con verduras). Son de origen chino, más finos y alargados que los primavera. Se toman con una salsa chili dulce.