Es una receta que me enseñó mi amiga Berta, de Verduras Revolución, nuestro grupo de consumo de verduras ecológicas. Supone una recuperación de esa sana costumbre de no desperdiciar nada aprovechable. Es comida de recursos, de presupuesto cortito, de acordarse mucho, pero que mucho, de todos esos que provocaron esta crisis y ahora nos dan lecciones sobre como tenemos que pagársela. Es, naturalmente, lo que califican como una tortilla por encima de nuestras posibilidades. Con esas hojas verdes veteadas de rojo de las remolachas y esa parte verde más dura y seca que el resto de las cebolletas, productos ambos que, por desconocimiento, suelen terminar en el cubo de la basura, haremos una espléndida tortilla vegetal, plena de sabor a verdura.
Muy bien lavadas de tierra, hojas y tallos, éstos troceados, se ponen a hervir al vapor. Utilizo una olla a presión con separador de vapor y los tengo un par de minutos. Se pueden cocer directamente en agua, aunque pierden nutrientes y textura.
Una vez cocidas, se rehogan un minuto en sartén con un chorrito de aceite de oliva virgen extra.
Se baten los huevos, en proporción a las verduras empleadas. Para la tortilla de la foto, monoplaza, utilicé dos huevos. Se mezcla la verdura con los huevos y se cuaja la tortilla.
Resultado final: