Teníamos pendiente visitar este establecimiento, Autoservicio Tinoco, con una larga existencia como tienda de comestibles en la gaditana calle Marianista Cubillo, 7, frente a una de las entradas al patio del colegio San Felipe, en la zona nueva de la ciudad. Su propietario, José Tinoco Carrasco, ha tenido el acierto de crear una zona gastronómica, la llamada Tinoteca, en una parte del autoservicio, que continúa funcionando como tal, pudiendo tomarse, en esa zona habilitada con varios toneles como mesa, cualquiera de los productos del supermercado, a su mismo precio de venta para la calle. Esta experiencia, poco usual ahora en Cádiz, supone recuperar el primer sentido de las gastrotiendas, y mucho antes la de los viejos ultramarinos, lugares donde se podía probar allí mismo los productos que podíamos llevarnos a casa. Hablo de antes de que el concepto se lo apropiaran los gastrobares y gastropubs como refugio de grandes cocineros que sirven sus creaciones en formato tapa. La Tinoteca es, ante todo, un sitio popular, por precios y por la cercanía de trato, sin formalismos, donde igual puedes tomarte un litro de cerveza sevillana de batalla que alguna de las escogidas marcas internacionales con las que el sitio sigue creciendo. Y quien dice cervezas, dice vinos. Pero, en esta ocasión, acudimos a celebrar su Marzenfest, la primera vez que se celebra en Cádiz la Fiesta de la Cerveza de marzo, de origen pagano y donde se festeja la llegada de la primavera.
Como nos explicó Benji Gómez, el autor del primer blog andaluz dedicado al mundo de las cervezas, En copa sabe mejor, las cervezas de marzo (que dan hasta un estilo propio, las Marzënbier) eran utilizadas por los monjes que las elaboraban en las abadías para hacer más llevadero el ayuno de Cuaresma. Para ello, las fabricaban con mayor cantidad de malta, con mucho cuerpo y muy altas de contenido alcohólico. Para esta ocasión, pinchamos un barril de la cerveza artesana de Cádiz, en su variedad más amarga, una Maier IPA Aniversario.
Junto a este servicio de cerveza en grifo, pudimos probar alguna otra: Paulaner Salvator, la cerveza especial negra de fermentación baja; Spaten München, la cerveza rubia más antigua de Munich; Franziskaner Weissbier, de trigo; alguna Kettal, la cervecera artesana del Campo de Gibraltar; o la artesanal de Cuenca, Dawat-7, una excelente doble malta que el propio Benji presentó (junto a las versiones 2 y 5) en este mismo establecimiento, el fin de semana pasado.
En la foto de la izquierda, Primitivo Collantes, gerente de las Bodegas Primitivo Collantes; Benji Gómez, del blog En copa sabe mejor y Pilar Acuaviva y Juan Antonio Mena, autores del blog Tubal. Por allí también saludamos a José Manuel Paramio, de Vinos de la Tierra La Bodeguita, con puesto especializado en vinos de Cádiz en el Mercado Virgen del Rosario.
Para comer, se puede optar por alguna de las buenas conservas que atesora esta Tinoteca, o pedir alguno de los bocadillos que José Tinoco tiene en su Carta. La cocina es sencilla y utiliza el horno de panadero del local para calentar productos y salsas.
Empezamos con unos mejillones fritos en salsa de vieiras (sin foto). Luego, un Currywurst, que son salchichas alemanas cocidas y aderezadas con chips de cebolla frita y, en esta ocasión, salsa de curry. En Alemania se prepara una salsa especial con kétchup y curry en polvo.
Seguimos con cocina alemana, con un Codillo de cerdo salmuerizado, terminado de hacer en el citado horno panadero. Lo acompañamos de Regañá Don Pelayo.
Probamos luego uno de los bocadillos más citados de la casa, el Cañonero. Lleva chicharrones especiales, jamón y queso de oveja.
(A la foto le faltan dos trozos, fruto de la ansiedad del momento)
Terminamos con otro bocadillo, el Exagerao. Lleva tortilla de patatas, carne mechá, queso de oveja y salsa gaucha.