En un viaje a Setubal pude probar esta deliciosa receta portuguesa, que recuerda a nuestro menudo de chocos pero cambiando los garbanzos por alubias, y con el inconfundible aroma del cilantro fresco. Como es hierba aromática que desata pasiones, a favor o en contra, quien no lo soporte que no lo ponga. El plato quedará también estupendo. He hecho algunos cambios en la receta original, que incluye un poco de chorizo (no lo puse) y que se prepara con habichuelas blancas. En su lugar he utilizado unas alubias rojas maravillosas que nos regaló Ángel Bada, cultivadas por él mismo en su huerto de Gijón y secadas al calor de Melgar de Arriba, en la Tierra de Campos de Valladolid. Una legumbre tan exquisita merecía un plato muy especial.
El día antes ponemos sobre medio kilo de alubias rojas en remojo.
Empezamos haciendo un sofrito de una cebolla y cuatro dientes de ajo, ambos muy picados. Cuando esté la cebolla transparente añadimos un buen puñado de tallos de cilantro fresco, picados, una zanahoria a trozos, un par de hojas de laurel y una pizca de sal. Después de un par de minutos, añadimos dos tomates rojos rallados y dejamos que se reduzca el sofrito.
Fuera del fuego, añadimos una cucharadita de pimentón dulce, otra de comino en polvo y una cucharada de tomate concentrado. Salamos bien los trozos de chocos (sobre tres cuartos de kilo) y los añadimos al sofrito. Rehogamos y añadimos un vasito de vino blanco (usé Fino Colosía de El Puerto de Santa María). Dejamos que se evapore.
Añadimos agua fría y las alubias rojas, de manera que queden completamente cubiertas por el agua. Si hace falta se añade más agua, siempre fría.
Dejamos cocer todo. En olla a presión están tiernas en 18 minutos, dejando que pierda completamente su presión fuera del fuego. Si las hacemos a fuego abierto tardarán unas dos horas y media.
Cuando se usa la olla a presión el guiso queda demasiado claro, como sin ligar. Las dejé reposar en frigorífico durante una noche y, antes de comerlas, las puse a fuego medio una media hora más, agitando la olla para que ligara y espesara la salsa. (El tiempo y la fuerza del fuego dependerá de la consistencia que queramos conseguir).
Este es el resultado final de esta Feijoada de choco. Si nos gusta, se termina con un poco de cilantro fresco muy picado por encima.