Un plato sencillo para aprovechar un buen surtido de verduras. La receta está abierta a incorporar las que más nos gusten. Para la ocasión utilizo, de nuevo, las ecológicas de nuestro grupo de consumo, suministradas por Verduras Revolución, con campo entre Puerto Real y Paterna.
En un chorreón de buen aceite de oliva virgen extra, sofreímos un par de cebollas y un par de puerros, en rodajas, y aprovechando la parte verde de los puerros. En ese mismo sofrito rehogamos una guindilla, cucharadita de mostaza en grano y un par de semillas de cardamomo.
Añadimos algo más de medio litro de agua y las verduras, en frío, empezando por las de más tiempo de cocción. En este caso, zanahorias, colinabo, chirivía, patatas, todo troceado en tacos o bastones medianos. Añadimos una cucharadita de mezcla de especias Curry Hot (picante), un par de Curry Mild (medio) y otra de mezcla Garam Masala. Esta combinación me da el punto de pique que me gusta, que no es excesivo pero tampoco tonto. Cada cual puede experimentar con otras mezclas y proporciones. Para los currys utilizo unos ingleses de marca Sharwood´s, abundantes en la vecina Gibraltar en mayor diversidad de combinaciones, pero relativamente fáciles de encontrar aquí en grandes superficies. Dejamos hervirlas, tapadas, unos cuarenta minutos, a fuego suave.
Añadimos a continuación, calabaza y calabacines, troceados como las anteriores verduras. Se hacen en unos quince minutos. En los últimos cinco añadimos judías verdes. Empleamos redondas, pequeñas y muy tiernas. Tienen más cochura si son planas.
Al final debe quedar ligeramente caldoso, pero no líquido. La parte de patatas y cebollas que se deshacen espesa algo este caldo.
Se puede tomar tal cual, con todo su caldo. O acompañarlo con arroz basmati cocido, presentando las verduras en el plato escurridas y, al lado, el arroz regado con el caldo del curry de verduras.