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Channel: Cádiz Gusta -Revista de Activismo Gastronómico
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Tajín marroquí de boquerones

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Preparamos esta receta marroquí de Tajín de boquerones, heredera de la receta andalusí del pescado muraway ("que se vende bien"), ya publicada en el siglo XIII como habitual en las cocinas "de Ceuta y del Oeste de Al Andalus". En Andalucía ha dado origen también a las populares morunas de sardina o de boquerones, como este Moruna de boquerones a la algecireña, que ya cocinamos en Cádiz Gusta.


Empezamos eliminando las cabezas y limpiando de tripas los boquerones (mucho mejor que sean grandes). Lavamos con agua fría los lomos para desangrarlos.

En un mortero preparamos la chermoula (el adobo marroquí): majamos bien, hasta dejarlo como una pasta, dos dientes de ajo, un puñado de cilantro fresco (si tenemos perejil, añadimos también otro poco), cucharadita de sal y medias cucharaditas de pimienta negra en grano, de comino y de pimentón dulce. Diluimos la pasta con el zumo de un limón y un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra.


Ponemos, extendiéndolo, un poco de este majado en uno de los lomos de los boquerones y le ponemos el otro encima.


Quedan como si fueran boquerones rellenos, con la chermoula en el centro. Dejamos que coja el sabor del aliño al menos 30 minutos.


Preparamos un sofrito de un diente de ajo y un poco de cilantro fresco, ambos muy picados. Añadimos pimiento (verde o rojo, al gusto) en tiras y como medio kilo de tomate triturado. Como ya no están en su mejor temporada he utilizado el que envasa la Finca La Jaranita, en Puerto Real, proveedores de nuestra asociación de consumo ecológico Verduras Revolución. Tomate madurado en su rama, y cultivado con métodos ecológicos (aún sin calificar por tener menos de un año desde su inicio), envasado sin más aditivo que la sal.
Dejamos freír el tomate, con lo que evaporará buena parte de su agua, durante 15 minutos.


Añadimos entonces los boquerones, manteniendo la la forma de unidos de dos en dos con el adobo en el centro. Los dejamos cocinar otros 10 minutos tapados a fuego suave.


Destapamos. Si tenemos, ponemos unas tiras de limón confitado al estilo marroquí (encurtidos en sal). Si no lo tenemos, ponemos unas rodajas de limón. Dejamos cocinar otros 5 minutos, ahora a fuego medio y destapado.


Este es el plato ya terminado:







Mesón Las Duelas (Algeciras)

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Teníamos pendiente este reportaje del Mesón Las Duelas (c/ Sevilla, Pza Neda, 2), por el que sentimos verdadera debilidad y que visitamos para tapear casi en cada visita que hacemos a Algeciras. En esta ocasión le hemos dedicado el tiempo que merecen su excelente cocina y su Carta de vinos, y hemos hecho una comida completa. Abierto en 1988 por Alberto Meléndez y la bien recordada Cristina Silva, entonces en un pequeño local de la calle Convento, con una propuesta en ese momento muy novedosa en la gastronomía algecireña, basada en ibéricos -tenía fama de cortar el mejor jamón-, salazones y ahumados, cortes y tostas que siguen siendo aún una de las señas de identidad de esta casa. Se trasladaron hace años a su nueva ubicación, ganando espacio y una magnífica terraza, y ampliando la oferta de una cocina de proximidad, que rejuvenece y respeta sus fundamentos tradicionales. Ahora es el hijo de ambos, Alberto Meléndez Silva quien lleva este Mesón Las Duelas.

Empezamos con este fuera de carta, Costillas de atún rojo (maceradas en una salsa barbacoa casera con toques asiáticos y asadas al horno. Se acompañan con patatas fritas):


Para acompañar la comida escogimos, de entre su pizarra de vinos por copas, un vino blanco Godello, (monovarietal), D.O. Valdeorras, para los platos de pescado; y el tinto Cobijado (tempranillo, syrah y tintilla de Rota), V.T. Cádiz, para las carnes.


Probamos el arroz del día (los hacen caldosos, en mediodía de sábados y domingos, distinto cada día), que tocaba Arroz guisado con carrillada ibérica y solomillo de cerdo. (Cuando me acordé de hacer la foto ya llevaba comido tres cuartos de plato).


Bacalao en tempura (sobre cama de chutney de frutas -kiwi, manzana- y mayonesa kimchi):


Chips de pulpo (patas de pulpo previamente cocidas, cortadas muy finas y fritas):


Solomillo relleno (solomillo de cerdo relleno de ciruelas con salsa de ciruelas y acompañado de chips de boniato y yuca):


Plato de presa Ibérica de montanera (especiada y asada, se acompaña con guarnición de patatas fritas):



Tapas en el Restaurante Taberna Recoveco (Algeciras)

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Del algecireño Restaurante Taberna Recoveco hemos dado noticia en otras ocasiones como restaurante, desde este primer reportaje en 2014 a este otro de 2016, lo que puede dar idea de la evolución y lo asentado de su espléndida propuesta gastronómica. En esta ocasión queremos presentar parte de su oferta de tapas, que hemos podido disfrutar en varias visitas, acompañadas tanto de cerveza de bodega Estrella Galicia, una Lager Especial que mantiene los niveles de carbónico de la cerveza recién fabricada, como eligiendo entre su muy interesante Carta de vinos. En nuestra última visita, este pasado sábado, maridamos con dos vinos tintos de la D.O. Ribera del Duero: Carramimbre Crianza 2018, de Bodegas Carramimbre (Peñafiel, Valladolid) y un LOESS Inspiration, de Bodegas Miguel y Ruano (Roa, Burgos).

Tempura de verduras:


Pinchito moruno:


Mini Mollete de pringá (con carne de puchero):


Gyoza de pato con salsa de naranja:


Carrillada ibérica con papas mantecadas:


Alcachofa frita con jamón ibérico (normalmente lo acompañan con cecina de León):


Tataki de presa ibérica con miel y vino de Jerez:



Entrantes presentados en la IX Copa Jerez 2021

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Desde las 10 de esta mañana los ocho equipos finalistas de la IX Copa Jerez están presentando sus platos y los vinos de las D.O. Jerez-Xèrés-Sherry y Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda que proponen para maridarlos. 


Avanzamos aquí los distintos Entrantes presentados:

Estados Unidos
El equipo estadounidense está formado por el sumiller Jordi Paronella y el cocinero Nicolás López, del restaurante Mercado Little Spain, creación de José Andrés en Nueva York. Como entrante han presentado su plato ´Tocino de Cielo´ de erizos, glaseado de pichón y aromas de Manzanilla, maridado con La Riva Manzanilla Fina Miraflores Baja, de Bodegas De La Riva.


Han escogido para este plato, que les recuerda el regreso a esta tierra, un postre tan jerezano como el tocino de cielo. Es un mar y montaña donde el dulzor del tocino se ha rebajado sustituyendo el azúcar por dextrosa. El vino elegido
La Riva Manzanilla Fina Miraflores Baja es una creación de Willy Pérez y Ramiro Ibañez, que han recuperado la marca De la Riva, una antigua bodega que pertenecía a Domecq. Una manzanilla joven, de 2-3 años, que procede de una única solera de estilo almacenista de la antigua bodega de Luis del Río, que se refresca con vinos de uvas que provienen del pago sanluqueño de Miraflores Baja. Comentaron en su presentación que la salinidad de esta manzanilla rebaja la untuosidad y dulzor del tocino de cielo.

Rusia
El equipo ruso compuesto por la sumiller Svetlana Dobrynina del restaurante Selfie* en Moscú y el cocinero Mark Statsenko, del restaurante Straight Fire en Samara, presentaron como entrante esta Cebolla y naranja olvidados, cocinados en sal a 240 grados, maridado con Manzanilla Deliciosa, de Bodegas Valdespino.


Comentaron que habían querido presentar una propuesta arriesgada, audaz, un plato muy rústico, sencillo, que recordara la campiña rusa. El plato combina lo dulce con lo salado, es muy aromático, los dos ingredientes traen olores a hierbas y cítricos, a los que han añadido menta fresca. La manzanilla escogida recuerda al té de camomila, es elegante, con notas saladas marinas, a almendras verdes, cítricos, aceitunas, hierbas frescas, que armonizan con el umami de la cebolla quemada y reduce la grasa de la salsa. Contaron que quisieron hacer una metáfora de los tres elementos fundamentales de los vinos sanluqueños: sal (por la cercanía del mar), naranja (por el sol caliente de la zona) y la cebolla (como elemento subterráneo, terroso como las tierras de albariza y arenas donde crecen las vides).


Dinamarca
El equipo formado por el sumiller Peter Pepke, del restaurante Esmée, y el cocinero Alan Bates, del restaurante Connection by Alan Bates, presentaron esta Vieira con manzana y ostra. maridada con Fino La Panesa, de Bodegas Emilio Hidalgo.


Destacaron que las vieiras danesas tienen mucho sabor y cierto dulzor, que en el plato las emulsionan con fitoplancton, con almendras tostadas por arriba, completando con manzana, algas frescas, soja blanca y aceite de almendras. Escogieron un vino con una extraordinaria antigüedad de 15 años de crianza biológica. Un vino fresco, elegante, salino, con aromas cítricos y a manzanas verdes pero que, por su largas crianza, también presenta una dualidad de aromas: a glicerina, a almendras, a umami de hongos y algas.


Reino Unido
El equipo formado por el sumiller Mattia Mazzi y el cocinero Vincenzo Raffone, del restaurante londinense The River Café*, presentaron como esta Sopa de judías con mejillones y guanciale, maridada con I Think Manzanilla, de Equipo Navazos.

Un plato que contaron inspirado en la fabada asturiana, donde la cremosidad de las judías une la salinidad de los mejillones, abiertos en manzanilla, con la grasa del guanciale, una chacina italiana sin ahumar elaborada con la careta o carrillos de cerdo. El plato lleva un poco de limón para equilibrar con su acidez la grasa del mismo.


Belgica
El sumiller Paul-Henri y el cocinero Fabian Bail, del restaurante Paul de Pierre, en la pequeña población de Maarkedal, presentaron esta Caballa, dashi, chorizo, alcachofa, pak choi, aceite de apio de monte (levístico), maridada con Fino Viña Corrales Pago Balbaina Saca 2020, de Bodegas San Francisco.


Explicaron que han escogido un vino elaborado con uvas de un sólo viñedo, en el pago Balbaína, acido y fresco, de una complejidad muy interesante: tiene los aromas de las manzanillas, es decir, aromas a piel de manzana verde, a té verde, pero también otra capa, por su envejecimiento medio de nueve años, a mantequilla, a queso madurado. Explicaron que les impresionó que los vinos de crianza de la D.O. están entre la vida (la flor que crece en su superficie) y la muerte (las lías que caen al fondo). Es un vino con la acidez suficiente para contrarrestar el umami de humo de su plato. Quieren rompr con la imagen del Fino como un vino de aperitivo, cuando lo ven como un vino blanco de alta gama, para beber no en una sola copa sino por botellas. Lo presentan en copas amplias, porque es un vino que necesita respirar y desarrollar toda su complejidad.


Alemania
El equipo alemán está formado por la sumiller Maria Rehermann y el cocinero Marianus von Hörsten dueño del Restaurante Klinker, un restaurante familiar situado en Hamburgo especializado en cocina vegetariana. Presentaron como entrante esta Espuma de porcini con yema de huevo, tupinambo y cebollino, maridada con Amontillado El Tresillo, de Bodegas Emilio Hidalgo.

Comentaron que han presentado un plato que hay que ir descubriendo, quitando sus distintas capas. Una metáfora del momento actual en relación a la pandemia, donde vamos despojándonos poco a poco de las mascarillas. Los funghi porcini es como se conocen en Italia a los boletos o ceps. En este plato aportan el aroma del suelo, como el que tienen los vinos de la D.O., que también están recordados en este plato con la cremosidad del huevo y la acidez del cebollino.
Han escogido el Amontillado Tresillo, haciéndose eco de la leyenda que asocia este vino al juego de cartas del siglo XIX con el mismo nombre, tresillo, que se jugaba en la bodega, con el premio de poder tomar un buen trago de este amontillado quien lo ganara. El vino es muy limpio en nariz, con sabores agradables a avellanas, a albaricoques. 

España
El equipo del restaurante riojano Venta Moncalvillo*, de Daroca de Rioja, está formado por el sumiller Iván Sánchez y el cocinero Juan Pablo Stefanini. Su propuesta de entrante es este Y sin embargo (Alcachofa, patata y queso), maridado con Palo Cortado Apóstoles VORS 30 años, de Bodegas González Byass.


Contaron que el plato recoge los cuatro pilares del restaurante riojano, especializado en la cocina de verduras y hortalizas: huerta, entorno, tradición y producto. Se compone de una alcachofa confitada a baja temperatura, que se marca en sartén y se ahúma ligeramente con serrín de sarmiento. Lleva encima unas lascas de queso Idiazabal ahumado y se presenta sobre una parmentier de patata y una crema de queso, acompañada de una sal vegetal (elaborada con oliva negra deshidratada y triturada) y unos brotes.
El nombre del plato, Y sin embargo, alude a la dificultad de maridar su ingrediente central, la alcachofa, que posee un componente, la cinarina, que le da al vino un sabor entre dulce y metálico. Han elegido un Palo Cortado muy viejo, de 30 años, de los que se conocen como Amorosos, abocados con notas dulces que los hacen más amables. La doble crianza, biológica y oxidativa, del vino neutraliza ese componente ácido de la alcachofa. En el plato se encuentran distintas notas ahumadas procedentes de distintas maderas: el roble de la madera de crianza del vino, la haya que ahúma el Idiazabal y el sarmiento que lo hace sobre la alcachofa. Además el maridaje combina con los otros ingredientes, aumentando la longitud de sus notas salinas (con la sal de aceituna) y las notas punzantes de la uva palomino fina.

Países Bajos
El sumiller Sem Beks y el cocinero Lars Aukema del restaurante Librije ***, situado en la localidad de Zwolle, concursa con el siguiente Entrante Trucha, vinagre en rama, apio y setas, maridado con Fino En Rama, de Bodegas Gutiérrez Colosía.


Defendieron el maridaje con este vino, un fino de El Puerto, con bodega muy cercana al mar. Un vino que describieron como elegante, bello y delicado, con matices a nueces, de mucho sabor: "un vino para beber todo el día". 

Quesos y Embutidos El Bucarito (Rota) cumple diez años

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El Bucarito cumple 10 años desde que abriera sus puertas al público el 10 de noviembre de 2011. Los visitamos en 2013, junto a un grupo de blogs gastronómicos, y queremos felicitarlos enlazando a este reportaje que hicimos entonces sobre los productos e instalaciones de El Bucarito, cuando llevaban año y medio de actividad. Mucho ha crecido desde entonces esta empresa agroalimentaria que forma parte del Grupo La Rotta, una empresa familiar que también incluye la panadería El Obrador San Antonio, fundado en 1950, y ConBocados Catering.

 (Foto cedida por El Bucarito)

Desde sus inicios trabajan con cabras de raza Florida, una raza autóctona del Medio y Bajo Guadalquivir, que da una leche con alto contenido en grasa y proteína.


La empresa posee terrenos de cultivo propios, lo que les permite un control de todas las etapas desde la crianza hasta la producción. Cabras alimentadas con pastos y piensos que fabrican a partir de los cereales procedentes de esos terrenos e incluso con con sobras de pan, pues el origen de todo este complejo es la panadería familiar en Rota. Estos pastos reciben la salinidad que trae la brisa de la cercana costa gaditana, que le aporta a la leche con la que elaboran sus quesos un sabor único.


El Bucarito comercializa dos líneas de quesos, de leche cruda (con 19 variedades) y de leche pasteurizada (con 12 tipos). Sus primeros quesos fueron de pasta prensada que, tras varios meses de maduración -hasta semicurado, curado o añejo- son, en algunas variedades, recubiertos de romero, pimentón, salvado de trigo, manteca de cerdo o sumergidos en Tintilla, el vino de las tierras roteñas. 


A estos quesos le siguieron otros como el queso fresco, el cremoso, las cuajadas lácticas y caprichos lácteos como los yogures, batidos y la mantequilla de leche cruda que ha sido reconocida como
finalista en el premio a la versatilidad en el último Salón Gourmets, celebrado en Madrid el pasado octubre.



En 2014, la firma lanzó al mercado el primer queso azul de leche cruda de cabra en Andalucía. Un queso de gran formato, muy logrado, que madura bajo un efecto cueva como lo hacen los quesos del Norte. En esa misma línea, unos meses después, la quesería presenta el Fontanal, un queso estilo Gouda de pasta lavada, en piezas de 9 kg, de textura mantecosa pese a su maduración avanzada. En el 2018 lanzó el queso Tomme El Bucarito, de leche cruda de cabra que, a diferencia del francés, no incluye leches de vaca ni de ovejas. Actualmente la empresa trabaja en nuevas elaboraciones, como el queso con trufa, que nos contaron lanzarán próximamente.

En la granja hay también una línea de crianza de cerdos ibéricos, de los que elaboran excelentes embutidos artesanos, como salchichón, chorizo, lomito, panceta adobada y embuchada, sobrasada o la morcilla.

Después de unos años del cuidado de sus plantaciones, recientemente certificadas como ecológicas, los almendros y granados dieron su fruto comercializando con ellas dos variedades de zumos de granada 100% naturales y las almendras que se venden a granel.


El Bucarito ha desarrollado también un completo proyecto de turismo rural, en que se pueden disfrutar de las visitas guiadas que organizan, de lunes a sábado. Un completo desayuno para comenzar, un recorrido por sus instalaciones, la elaboración de un quesito, un taller de aves rapaces, terminando con una degustación de sus quesos y embutidos conforman la completa visita. También es posible pernoctar en su acogedora casa rural o celebrar una fecha señalada, en su salón y patio para eventos corporativos y particulares, disfrutando de sus espectaculares mesas de quesos y embutidos y los platos que prepara ConBocados catering, compañía del grupo empresarial.

Felicitamos a esta empresa por sus primeros diez años que, con innovación y la calidad de sus productos, la han convertido en uno de los grandes atractivos turísticos de Rota.

El equipo belga gana la IX Copa Jerez

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El sumiller Paul-Henri Cuvelier y el cocinero Fabian Bail, representantes del restaurante Paul de Pierre, en Maarkedal, con una propuesta de corte clásico a la vez que creativo, son los ganadores de la IX Copa Jerez Forum & Competition 2021, el mayor encuentro internacional que aúna los Vinos de Jerez y la gastronomía de vanguardia, organizado por el Consejo Regulador de Vinos de Jerez y Manzanilla en colaboración con Fedejerez (Federación de Bodegas del Marco de Jerez).


Los componentes del equipo belga logran también el premio Juli Soler al Mejor Sumiller y el premio al Mejor Chef, respectivamente.

El menú maridado con Vinos de Jerez con el que ha ganado el equipo belga la competición ha sido el siguiente:

Entrante: Caballa, dashi, chorizo, alcachofa, pak choi, aceite de levístico:


Maridado con Fino Viña Corrales, de Bodegas San Francisco:


Plato principal: Cordero, avellana, puré de apionabo y sésamo, flor de calabacín rellena de queso manchego y shiitake y patata confitada al romero:


Maridado con Oloroso, de Bodegas Gutierrez Colosía:


Postre: Pera en almíbar de tabaco y especias, cremoso de limón y helado de queso de cabra, maridado con Medium Old Harvest, de Bodegas Ximénez-Spinola.


Asimismo, otros galardones concedidos en la IX Copa Jerez han sido:

Premio Juli Soler al Mejor Sumiller: Paul-Henri Cuvelier, de Bélgica


Mejor Chef
: Fabian Bail, de Bélgica


Mejor Maridaje con Entrante: Trucha, vinagre en rama, apio y setas, maridado con Fino En Rama, de Bodegas Gutiérrez Colosía, presentado por Países Bajos.

Mejor Maridaje con Plato Principal: Pichón, remolacha y mora, maridado con Oloroso Tradición VORS 30 Años, de Bodegas Tradición, presentado por Dinamarca.

Mejor Maridaje con Postre: Postre: Tarta de queso payoyo maridado con Moscatel Dorado, de Bodegas César Florido, presentado por Estados Unidos.

Maridaje Más Creativo: Rusia, representada por la sumiller Svetlana Dobrynina, del restaurante Selfie*, y el cocinero Mark Statsenko, del restaurante Straight Fire.

El jurado de la IX Copa Jerez ha estado formado por seis profesionales de reconocido prestigio internacional: Josep Roca, sumiller y copropietario de El Celler de Can Roca***, que ha ejercido de presidente del jurado; Quique Dacosta, propietario y chef de Quique Dacosta Restaurant*** y El Poblet**; Andreas Larsson, Mejor Sumiller del Mundo 2007; José Pizarro, del Grupo Pizarro Restaurants; Peer Holm, presidente de la Asociación de Sumilleres de Alemania, y José Carlos Capel, crítico gastronómico y director de Madrid Fusión.


Josep Roca describe así la propuesta ganadora: “De corte clásico, pero con una capacidad de reinterpretar las escenas en el plato y en la propuesta de los vinos”.

Por su parte, para Quique Dacosta “en esta propuesta encontramos dos miradas, un conocimiento clásico desde la cocina al mundo del vino; esto es la base. Al mismo tiempo hay un contenido didáctico y de gran conocimiento que permite no solamente conocer la propuesta si no soñar con ella, ahí es donde empieza un trabajo creativo con imaginación donde el sumiller y el cocinero trabajan mano a mano, creando una atmósfera extraordinaria y que dignifica no solamente la cocina, si no también el mundo del vino”.


Todos los platos del IX Concurso Copa Jerez

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Estas han sido las propuestas de cada uno de los equipos finalistas de la IX Copa Jerez:

Alemania - Restaurante Klinker
El equipo alemán está formado por la sumiller Maria Rehermann y el cocinero Marianus von Hörsten, dueño del Restaurante Klinker, en Hamburgo. Esta es la propuesta con la que han competido en la final:

Primer plato: Espuma de porcini con yema de huevo, tupinambo y cebollino, armonizado con Amontillado El Tresillo, de Bodegas Emilio Hidalgo.


Segundo plato
: Cordero con polenta, aceitunas kalamata y ciruela, maridado con Oloroso Tradición VORS 30 Años, de Bodegas Tradición.


Postre
: Sabayón de naranja, chocolate caramelizado y oxalis, acompañado de Moscatel Promesa, de Bodegas Valdespino.




Bélgica - Restaurante Paul de Pierre (Ganador IX Copa Jerez)
El sumiller Paul-Henri y el cocinero Fabian Bail, representantes del restaurante Paul de Pierre, en Maarkedal, han competido con el siguiente menú:

Primer plato: Caballa, dashi, chorizo, alcachofa, pak choi, aceite de levístico, maridado con Fino Viña Corrales Pago Balbaina (embotellado en 2020), de Bodegas San Francisco.


Segundo plato: Cordero, avellana, puré de apionabo y sésamo, flor de calabacín rellena de queso manchego y shiitake y patata confitada al romero, acompañado con Oloroso, de Bodegas Gutierrez Colosía.


Postre
: Pera en almíbar de tabaco y especias, cremoso de limón y helado de queso de cabra, maridado con Medium Old Harvest, de Bodegas Ximénez-Spinola.



Dinamarca - Restaurantes Esmée y Connection by Alan Bates
El menú del equipo danés, formado por el sumiller Peter Pepke, del restaurante Esmée, y el cocinero Alan Bates, del restaurante Connection by Alan Bates, ha consistido en:

Primer plato: Vieira con manzana y ostra, acompañada con Fino La Panesa, de Bodegas Emilio Hidalgo.


Segundo plato: Pichón, remolacha y mora, maridado con Oloroso Tradición VORS 30 Años, de Bodegas Tradición.


Postre: Ganache de chocolate 70% RUGOSO y helado de vainilla, armonizado con La Bota de Pedro Ximénez nº 76 Jerez, del Equipo Navazos.



España- Restaurante Venta Moncalvillo* 
El equipo vencedor de la final española está formado por el sumiller Iván Sánchez y el cocinero Juan Pablo Stefanini, del restaurante riojano Venta Moncalvillo*, en Daroca de Rioja. Su propuesta para la Final Internacional de la IX Copa Jerez ha consistido en:

Primer plato: Y sin embargo (Alcachofa, patata y queso), maridado con Palo Cortado Apóstoles VORS 30 años, de Bodegas González Byass.


Segundo plato
: Tributo al pasado (Acelga con callos de bacalao y comino), acompañado con Palo Cortado centenario La Saca, de la Colección Roberto Amillo.


Postre: Del salado al dulce… (Espinacas y piñones), maridado con Pale Cream, de Bodegas Urium.




Estados Unidos - Restaurante Mercado Little Spain
La pareja estadounidense, formada por el sumiller Jordi Paronella y el cocinero Nicolás López, del restaurante neoyorquino Mercado Little Spain (creado por José Andrés), han competido con el siguiente menú:

Primer plato: “Tocino de Cielo” de erizo con glaseado de pichón y aromas de Manzanilla, maridado con Manzanilla Fina de la Riva, de Bodegas De La Riva.


Segundo plato: Gamba blanca, gelatina de consomé de jamón ibérico, crujiente de pan y salsa de callos a la madrileña, armonizado con Amontillado del Puerto - almacenista González Obregón, de Bodegas Emilio Lustau.


Postre
: Tarta de queso payoyo maridado con Moscatel Dorado, de Bodegas César Florido.




Países Bajos- Restaurante Librije ***
El equipo formado por el sumiller Sem Beks y el cocinero Lars Aukema, del restaurante Librije ***, en la localidad de Zwolle, han presentado el siguiente menú:

Primer plato: Trucha, vinagre en rama, apio y setas, acompañado con Fino En Rama, de Bodegas Gutiérrez Colosía.


Segundo plato
: Tartaleta de apionabo, beurre blanc de miso y naranja, maridado con Palo Cortado Great Duke 12 Años, de Bodegas Juan Piñero.


Postre: Chocolate blanco tostado, pistacho, uvas pasas y queso azul, armonizado con Medium Old Harvest, de Bodegas Ximénez-Spínola.



Reino Unido- Restaurante The River Café *
El sumiller Mattia Mazzi y el cocinero Vincenzo Raffone, del restaurante The River Café*, en Londres, ha participado en la Final con la siguiente propuesta:

Primer plato: Sopa de judías con mejillones y guanciale, maridado con I Think Manzanilla, de Equipo Navazos.


Segundo plato: Costillar de cordero asado, carbón de alcachofas y salsa romesco, maridado con Amontillado 12 años, de Bodegas El Maestro Sierra.


Postre
: Sbrisolona con crema catalana especiada y compota de naranja, acompañado con Palo Cortado Apóstoles VORS 30 años, de Bodegas González Byass.



Rusia - Restaurantes Selfie* y Straight Fire
La participación de Rusia ha sido la gran novedad de esta edición. El equipo ruso, formado por la sumiller Svetlana Dobrynina del restaurante Selfie*, en Moscú, y el cocinero Mark Statsenko, del restaurante Straight Fire, en Samara, ha participado con este menú:

Primer plato: Cebolla y naranja olvidados, cocinados en sal a 240 grados, maridado con Manzanilla Deliciosa, de Bodegas Valdespino.


Segundo plato: Coliflor asada con nuez pecana, maridado con Puerto Fino, de Bodegas Lustau.


Postre: De la ciruela a la pasa, dinámicas de la edad, acompañado con Oloroso Solera 1842 VOS, de Bodegas Valdespino.



LOS VINOS DE JEREZ QUE VIENEN: PAGOS Y VARIETALES ANTIGUAS

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Las distintas mesas redondas del Forum Copa Jerez han aportado profundidad en el entendimiento de estos vinos, que han sido unánimemente calificados como complejos. Vinos que, en su prestigio, crecen en sus posibilidades de expansión: entre más franjas de edad, en mejor distribución en países consumidores o en su idoneidad para casi cualquier maridaje. También ha sido general la opinión de que esa complejidad de los vinos del Marco jerezano va a seguir creciendo. Nos ha interesado especialmente la primera mesa redonda dedicada a tratar cómo el viñedo va a ganar protagonismo en la evolución de los nuevos jereces que vienen.


César Saldaña, presidente del Consejo Regulador, coordinó esta mesa Sherry Evolution: Nuevos tiempos, nuevas normas I. Hizo referencia al nuevo reglamento que, con nuevos pliegos de condiciones, fue aprobado por el pleno del Consejo Regulador el 27 julio de este año, y que ahora sigue su tramitación legislativa hasta su aprobación definitiva, aproximadamente en un año. Este cambio, el sexto en los 86 años de reglamentos, incluye novedades tan importantes como algunas de las que se trataron en esta mesa: ampliar la zona de crianza a los nueve municipios de producción, reconocer los pagos o autorizar 6 varietales autóctonas en desuso de uvas históricas en el Marco.

El valor de los pagos
Ramiro Ibáñez, enólogo sanluqueño responsable de muchos vinos nuevos del Marco y con proyecto propio en Bodega Cota 45, comenzó hablando de la importancia que en el futuro van a tener los pagos de viñas, extensión limitada de terreno con características particulares.

Ramiro Ibañez (la foto pertenece al reportaje que le dedican en Spanish wine lover)

Los nuevos pliegos de condiciones recogen los pagos, que no se delimitaron perfectamente hasta 2015, lo que permitirá certificar el origen de la uva. Explicó que los pagos son el futuro de los vinos de gama alta. Ahora que el Consejo ha puesto las reglas de juego les corresponde a las bodegas desarrollar las posibilidades. Cada pago aporta su sensibilidad, cómo interpreta el vino. Serán un factor diferenciador, por encima del lugar de crianza o del tipo de vino. Esa singularidad hará que pagos ahora menos conocidos nos den nuevos vinos. Las bodegas podrán hacer “un traje a medida” a esos vinos, decidir el sistema de criadera de las soleras, su número, qué vaciados, cuántas sacas. Cuanto más se conozca la viña mejor se podrá diseñar un sistema que potencie, amplifique el sentido que trae la viña.

Investigación con varietales de uva
Belén Puertas, enóloga e investigadora principal del Centro IFAPA Rancho de la Merced, contó que las 6 varietales de uva autorizadas por la DO (Mantúo Castellano, Mantúo de Pilas, Vigiriego, Perruno, Cañocazo y Beba) se incluían entre las 119 existentes en Andalucía en 1807, según recogió entonces Simón de Rojas Clemente y Rubio en su Ensayo sobre las variedades de la vid común que vegetan en Andalucía. Muchas de ellas desaparecidas por la filoxera.

Viñas en Rancho de la Merced (foto IFAPA - Junta de Andalucía)

Explicó el trabajo de recuperación que realizan en su Centro, con dos parcelas: una donde está el Banco de Germoplasma de Vid, toda una referencia internacional en la obtención de datos agronómicos y enológicos, con 10 cepas/ha.; y la parcela de experimentación, con 100 cepas/ha. Poseen una bodega experimental para vinificar, con pequeños depósitos de fermentación (100-150 l.), que les permite estudiar todo el ciclo, desde la viña al vino.

La singularidad como valor
Primitivo Collantes, CEO de la Bodega Primitivo Collantes, en Chiclana, contó cómo el nuevo reglamento, que equipara las zonas de cultivo y de crianza, supone una responsabilidad pero también implica, por la diferenciación de su zona de producción, por lo distintos que son los finos de costa chiclaneros, que los vinos del Marco de Jerez ganen en pluralidad y singularidad, enriqueciendo lo que ofrecen al consumidor.

Primitivo Collantes (la foto pertenece al reportaje que le dedican en Spanish wine lover)

La viticultura de Chiclana es diferente a la del resto del Marco, por su condición de puerta de entrada a la Bahía de Cádiz, por su cercanía al Estrecho de Gibraltar, por la virulencia de los vientos. Son condiciones que implican que estos viñedos tengan una menor producción por hectárea. Para él el que la D.O. abarque ahora la crianza en los nueve municipios va a suponer aumentar la singularidad y la pluralidad de estos vinos. Y lo mostró con una metáfora brillante, muy gráfica: como una muñeca rusa que acoge en su interior otras muñecas que, a su vez, acogen a otras. Cuando las vas abriendo, siendo distintas, siempre aparece Jerez, los vinos de Jerez.

Un vino con uva Perruno
Se pasó entonces a presentar y catar alguno de estos vinos realizados con estas variedades que van a autorizarse en la DO. Empezó Ramiro Ibañez contando que de aquellas variedades existentes a mediados del XIX, había 43 que se cultivaban en la zona del Marco. Algunas con un perfil biológico (ideales para crianza biológica), otras sin ese perfil (buenas para crianza oxidativa) y otras adecuadas para vinos dulces. Contó que algunas de estas variedades de perfil biológico podrían ser trabajadas, “desnaturalizadas”, para conseguir vinos oxidativos. Utilizar la elegancia y finura del mosto de primera yema de estas variedades de maduraciones tardías para que aporten volumen.

Trajo un vino con uva Perruno muy joven, con mes y medio de fermentación. Procedente de las viñas más viejas de Trebujena tiene poco que ver con la sequedad, la electricidad de la uva palomino. Es un vino con mucha estructura, mucho volumen. Dijo que atisba una genética natural a crianza oxidativa, con una graduación baja, como daban estas uvas en el siglo XIX. Este vino se embotellarás bajo la marca Agostado, la gama de vinos de crianza oxidativa de su bodega Cota 45.

(Uvas Perruno y Vigiriego en Ensayo sobre variedades vid... de Simón de Rojas Clemente y Rubio, ed. ilustrada de 1879)

Un vino con uva Vigiriego
Belén Puertas trajo a catar un vino muy joven, un mosto de este 2021, de uva Vigiriego. Una uva que no es tan tardía como las otras (vendimiada a finales de agosto) aunque más que la palomino (que en el Rancho La Merced vendimiaron a mitad de agosto). Estas variedades tardías no llegan a sintetizar más azúcar y se quedan en graduaciones bajas. El vino que trajo era sin filtrar, en rama (sólo estabilizado con tratamiento en frío). Es un vino con más acidez que el de palomino, por su contenido en ácido málico. Tiene un potencial muy agradable por esa acidez, limpio, aromático.

Un vino con uva Rey
Primitivo Collantes contó que estas variedades tardías tienen un hollejo muy grueso, son de bastante contundencia, tienden a la crianza oxidativa (pueden dar amontillados, olorosos o palos cortados). Son variedades con diferenciaciones en sus fermentaciones malolácticas, les pueden quedar algún tipo de azúcar residual, no fermentada, que los haga más untuoso o más cremoso. Eso supone disponer de otra herramienta de trabajo para hacer vinos del Marco más plurales. Contó que su abuelo guardaba en su bodega un vino de uva Rey de 1976. Al descorcharlo probaron un Oloroso fragante, sutil.

Rácimo de uva Rey (foto de la web Bodega Primitivo Collantes)

Trajo un vino de esa uva Mantúa, conocida en la zona como Rey. Esta uva tiene un hollejo grueso, una acidez marcada y es de ciclo largo, ya que se vendimia a finales del mes de octubre o principios de noviembre. La variedad también se caracteriza por no ser muy productiva y no tener un grado alcohólico alto (11,5-12º). La Rey aporta tensión, acidez, un punto de amargor, cítrico también y ya se nota en la copa que tiene un carácter de oxidación, por eso trajo un vino de 2018 en el que se aprecia la elegancia, la sutileza que el vino tiene dentro de esa oxidación. Una parte del vino fermenta en madera (roble americano) y otra parte en acero inoxidable. Después de un año se unen, hacen un coupage, pasando otro año envejeciendo en botella. Resaltó que la parece importante esta maduración en botella, como se hace en otras DO, porque el vino necesita ese año más de guarda para encontrar el potencial.

Vino TIVO elaborado por Bodega Primitivo Collantes con uva Rey

Propuso, ya que estábamos en Copa Jerez, un maridaje: algo alcalino con algo graso, como un revuelto de salicornia. Finalizó diciendo que estos vinos son la identidad antigua de nuestra zona, la herencia, y que nos permiten seguir aprendiendo y trabajando en estas otras variedades.

Monovarietales y Coupages
César Saldaña planteó, como final de la mesa redonda, que siendo proyectos a largo plazo, a 10-15 años, qué posibilidades veían los participantes de la mesa de emplear estas variedades en coupages de apoyo o cabeceo de las variedades ahora usadas. Belén Puertas dijo que en las mezclas unas variedades podían aportar lo que les faltara a las otras, tanto en crianza biológica como oxidativa. Ramiro Ibañez incidió en esto mismo, que la mezcla da equilibrio, armoniza mejor, llega a un público más amplio. Pero que, igual que pasa con las soleras y las añadas, la viña única, con un público más reducido pero más fiel, tiene en su desequilibrio el atractivo de la personalidad.

Los vinos de Jerez a debate en la IX Copa Jerez Forum Competition

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La segunda jornada de Copa Jerez Forum Competition, el mayor encuentro internacional que aúna la gastronomía de vanguardia y los Vinos de Jerez, organizado por el Consejo Regulador de Vinos de Jerez y Manzanilla en colaboración con Fedejerez, ha celebrado hoy interesantes ponencias, catas; y mesas redondas:

Metodología Sapiens aplicada al jerez: El sumiller como eslabón necesario I, con Ferrán Centelles (El Bulli Foundation). El reconocido sumiller ha explicado a los congresistas cómo, aplicando el Método Sapiens de El Bulli, proceso de investigación basado en la indagación a través de preguntas, a los Vinos de Jerez, logramos una visión diferente, al tener en cuenta factores que otras técnicas de clasificación no lo tienen. Centelles ha reivindicado el papel clave del sumiller para profundizar en el conocimiento y divulgación de estos vinos.

Del Typical Spanish a la Marca España, con Quique Dacosta, María Naranjo (Directora de la Industria Alimentaria de ICEX), José Pizarro (Grupo Pizarro Restaurants), y Nicolás López (restaurante Mercado Little Spain), han analizado la verdadera transcendencia de la Marca España, su evolución a lo largo de las últimas décadas y el valor añadido que aporta.


Quique Dacosta: “El ADN de una cocina no está exclusivamente en el producto de origen. En cada país hay productos de excelente calidad, y da igual de dónde hayan venido, porque el ADN es la esencia de la receta, y con un producto bien elegido, la esencia de la receta fluye con naturalidad. La cocina es un código abierto que queremos que florezca para todos y sin fronteras”. Asimismo, Dacosta también ha destacado “la necesidad de divulgar y tutelar la cocina tradicional por parte de los restaurantes y de los cocineros que están al frente de ellos”.

Guías de vinos. Mucho más que puntuaciones, con Luis Gutiérrez (crítico de vinos en The Wine Advocate& Guía Michelin), Carlos González (crítico de vinos en la Guía Peñín), y Ferrán Centelles, quienes han debatido sobre la influencia real que tienen las Guías de Vino, todo lo que hay detrás de las mismas, así como la influencia comercial que tiene una puntuación.


El arte de vender Jerez, con Quim Vila (Propietario Vila Viniteca), Juan Manuel Bellver (Director Lavinia), y Ramón Coalla (propietario Coalla Gourmet). Los tres han coincidido en destacar el buen momento que, tras la crisis provocada por la pandemia, está viviendo el negocio de la venta de vinos, y han señalado la importancia de aumentar el conocimiento y divulgación de los Vinos de Jerez entre los consumidores.

Sherry Evolution: Nuevos tiempos, nuevas normas I, con César Saldaña, Presidente del Consejo Regulador de Vinos de Jerez; Ramiro Ibáñez, enólogo y propietario de Bodega Cota 45; Belén Puertas, Doctora en Química y enóloga, investigadora principal del IFAPA Rancho de la Merced en Jerez de la Frontera, y Primitivo Collantes (Bodegas Primitivo Collantes), En ella, se ha debatido sobre la evolución de los reglamentos en torno a los Vinos de Jerez, adaptándose a las necesidades de cada momento.


Una mirada a Jerez desde el Mediterráneo, con Josep Roca, Quique Dacosta y José Antonio Navarrete, sumiller de Quique Dacosta Restaurant***: Un encuentro excepcional de dos restaurantes de referencia de la cocina de vanguardia que ha logrado transportar a los asistentes en un viaje marítimo desde el Atlántico hasta el Mediterráneo.


Roca y Navarrete, dos de los mejores sumilleres de nuestro país, han seleccionado los vinos especialmente para esta degustación, en armonía con las creaciones de ambos restaurantes, El resultado: una experiencia gastronómica que supone la unión del sabor del Mediterráneo con los Vinos de Jerez.
José Antonio Navarrete: “La versatilidad de los Vinos de Jerez nos permite poder servirlos en nuestro restaurante para armonizar nuestras propuestas gastronómicas”

El sumiller como eslabón necesario II. El papel del sumiller ha sido de nuevo analizado por Manuela Romeralo (directora de sala y sumiller de Llisa Negra -Quique Dacosta-), Juan Ruiz Henestrosa (sumiller y propietario de Little John), Robert Tetas (copropietario y sumiller de Sobretablas), y David Robledo (propietario y sumiller de Ambivium).


Ricardo Sanz Wellington*, viajando por el mundo con escala en Tokio. El eje central ha sido la universalidad de los Vinos de Jerez y la posibilidad de maridarlos con gastronomías de todo el mundo. En ella, los congresistas han tenido la posibilidad de experimentar el carácter cosmopolita de estos vinos, de la mano de Ricardo Sanz y Jorge Thuillier, degustando exquisitas y sorprendentes propuestas de maridaje con platos de la cocina japonesa.
Ricardo Sanz: “Cuando empecé, la comida japonesa sólo maridaba con el Sake y muy pocas bebidas más. Al final conseguimos demostrar que, por contraste, la gastronomía nipona también armoniza muy bien con grandes champanges, cavas, vinos blancos viejos... Pero el maridaje totalmente excepcional se logra con los Vinos de Jerez”.

El desafío del vino en la era digital, con Chelsea Anthon (Chelsea & Co. Agency), Madeline Pucket (cofundadora de Wine Folly), y Georgia Panagopoulou @Winegini (fundadora de Wine Gini).

El papel clave que tienen en la actualidad las nuevas tecnologías y los nuevos canales de comunicación en el sector vitivinícola ha estado muy presente en esta edición de Copa Jerez. Estas tres mujeres expertas en el campo del marketing digital en el mundo del vino han compartido consejos y trucos para llevar a cabo estrategias de marketing alcanzables y eficaces.

La sesión de tarde incluyó las siguientes ponencias:

Sherry Evolution: Nuevos tiempos, nuevas normas II, con César Saldaña, Paola Medina, Willy Pérez y Armando Guerra.

Cocina Madre & Vinos de Jerez, con Carlos Echapresto y Alberto Fernández Bombín. 

Técnicas de creatividad aplicada al jerez: Disfrutar**, con Eduard Xatruch, Rodrigo Briseño y Evgeniya Shibaeva, chef y sumilleres de Disfrutar**.

CREMA DE CALABAZA CON LECHE DE COCO Y CURRY ROJO

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Elaboramos esta receta, con ingredientes de comercio justo, como nuestra colaboración a la plataforma Jerez Ciudad por el Comercio Justo, que esta semana, del 22 al 28 de noviembre, pone en marcha una campaña de concienciación, con Rutas de Comercio Justo en los Distritos Este y Noreste de Jerez.


Hemos elegido la leche de coco Alter Eco, de pequeños productores de Sri Lanka, de producción ecológica y con certificado Fair for life – Responsabilidad social y Comercio justo, que garantiza unas condiciones de trabajo justas, un buen desempeño medioambiental y de relaciones comunitarias y, además, justas relaciones comerciales, precios justos y apoyo directo a los grupos que los producen. Todas las verduras utilizadas en la receta son de nuestro grupo de consumo ecológico responsable “Verduras Revolución”, de la pequeña finca La Jaranita, en Barrio Jarana (Puerto Real). Se cumple así también otro de los objetivos del Comercio Justo, la de crear vías de comercialización directas, alternativas a las tradicionales, que favorezcan el desarrollo y condiciones laborales dignas de pequeñas producciones.

Ingredientes de la receta

Receta
Pelar y limpiar un trozo de calabaza (utilicé unos 600 gramos). Cortarla en trozos pequeños y rehogarlos con aceite de oliva virgen extra unos cinco minutos en una cazuela. Deben quedar un poco caramelizados. Retirar y reservar esos trozos de calabaza.


En la misma cazuela, añadir un poco más de aceite y sofreír, durante unos diez minutos, media cebolla grande, un puerro, una rodaja pequeña de jengibre fresco y una manzana, todo muy picado, y con el añadido de una cucharadita de sal.


Añadir entonces los trozos de calabaza ya rehogados.


Cubrimos con caldo de verduras o agua. Yo eché, para estas cantidades, unos 800 ml de agua, para que salga la crema espesa; si se quiere más líquida, añadir un litro. Dejamos cocer, a fuego suave y con la cazuela tapada, durante 20 minutos.


Cogemos un poco del caldo caliente de la cocción en una taza, le añadimos un par de cucharaditas de la pasta thai de curry rojo (otra cucharadita más, si se quiere más picante) y removemos con un tenedor hasta diluirla y dejarla sin grumos.


Antes de usar la leche de coco debemos hacer que vuelvan a mezclarse bien la grasa y el agua de esta leche de coco. Es normal que, en reposo en su lata, la leche de coco se separe en dos capas: arriba, una crema muy espesa y, debajo, el líquido. Vuelven a mezclase si agitamos fuerte la lata, antes de abrirla; o si, ya abierta, la removemos fuerte con un tenedor, hasta que quede sin grumos.

Con la cazuela fuera del fuego, le añadimos el curry rojo disuelto y unos 150 ml de leche de coco (Alter Eco u otra marca de comercio justo). Trituramos (con batidora o en Thermomix) hasta conseguir una crema homogénea.


Ya en el plato, le añadimos a la crema un poco de cilantro fresco picado y un chorrito de zumo de lima por encima.


Los diez principios que deben cumplir las organizaciones que trabajan en comercio justo, establecidos por la Organización Mundial del Comercio Justo:


"Estero Natural": Captura de camarones y langostinos de estero en Salinas de Belén (Puerto Real)

“ESTERO NATURAL”: CRIANZA DE PESCADOS DE ESTERO Y OSTRAS EN LAS SALINAS DE BELÉN (PUERTO REAL)

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En una actividad organizada por la Delegación de Turismo y Comercio del Ayuntamiento de Puerto Real, dentro del programa “Noviembre, mes de los esteros”, hemos visitado las salinas de Belén, un conjunto de fincas salineras del término puertorrealeño que, en pleno Parque Natural Bahía de Cádiz, han sido transformadas en esteros para el cultivo sostenible de peces, crustáceos y moluscos como las ostras, siendo explotadas por la empresa familiar Estero Natural.


Nacho Lastra, gerente de Estero Natural, se encargó de dirigir la visita. Empezó por contarnos cómo la sal era un producto tan fundamental para la conservación de alimentos en la antigüedad que se convirtió en moneda para pagar el trabajo, el salario. Esa industria de la sal transformó, a lo largo de siglos, desde fenicios y romanos, el paisaje natural de las marismas de la Bahía hasta crear el actual laberinto de caños, esteros, vueltas y tajerías que forman una salina. Que crearon formas de vida y edificaciones propias: las casas salineras o los molinos de marea, utilizados para obtener la harina necesaria para hacer pan.


Protegido este paisaje extraordinario como Parque Natural desde 1989, a diferencia de otros Parques de origen natural, aquí la supervivencia del paisaje depende del trabajo humano, de que continúe su explotación, limpiando los caños colmatados de lodo o reparando los muros externos de contención, sin los que todo volvería a anegarse.

Desde que la conservación con frigoríficos dejó a la sal sin su principal uso, las salinas entraron en una crisis grave, perdiéndose muchas. Otras se reconvirtieron, desde las primeras experiencias de acuicultura semintensiva, en los años noventa del pasado siglo, con alevines de doradas y lubinas que se desarrollaban en tanques antes de soltarlos en los caños donde terminaban de engordabar. La empresa Estero Natural, con actividad desde 2017, gestiona 176 hectáreas de antiguas salinas, en las que realizan una acuicultura tradicional en extensivo, más natural, de peces y mariscos que entran libremente desde el mar, buscando las condiciones de alimento abundante y menos depredadores del estero, ideales para reproducirse y crecer. Además, desarrollan el cultivo de ostiones, la ostra natural de la zona, y de ostra francesa que, en este caso, traen sus semillas (larvas) de ostras desde criaderos de aquel país. También organizan actividades de ecoturismo, incluso personalizadas, con visitas y comidas para grupos los fines de semana.

Sapina o salado

Crianza y despesque de pescado de estero

Nos trasladamos a uno de los esteros donde se nos explicó el funcionamiento de las compuertas, fundamentales para la captura de peces y, luego, para la necesaria renovación del agua salada. Se sube la compuerta cuando crece la marea y se bajan al descender. Se les coloca una red en forma de embudo, de forma que los peces de dentro, que buscan el agua fresca, no pueden salir, pero sí entran los peces pequeños, que crecerán dentro.

La fecha tradicional del despesque es entre octubre y noviembre, coincidiendo con el fin de la recogida de sal y para adelantarse a la llegada de los cormoranes que pasan el invierno en la zona. Son un grave problema para el desarrollo de la crianza de peces en esteros. Voraces y abundantes, se desplazan desde la Bahía de Cádiz a Zahara de los Atunes, comiendo cuantos peces puedan. El otro problema son los furtivos. Según fuentes del Parque, se calcula que entre mil y mil quinientas personas salen a rebuscar y robar en esteros cada noche.

Chiquero protegido con red para proteger el crecimiento de peces

Para hacer un despesque hay que vaciar un estero, poco a poco: hay que aprovechar la marea baja para abrir las compuertas y que vaya tirando agua, y cuando va la marea para arriba, cerrar, en un proceso en el que se tarda de tres a cuatro días tirando agua. En las compuertas hay una poza, una zona más profunda. Con los vaciados todos los peces se acumulan en la poza. Entonces se tira la red, se acorralan y se empiezan a pescar. Se sacrifican sólo los que se vayan a comer en ese momento; el resto se llevan a un chiquero, que es una zona de la salina aislada del resto de la finca para que los pescados de talla corta hibernen y engorden para la cosecha del próximo año. Para defender estas especies, el agua del chiquero se protege con una red especial que impide que las aves se coman los peces. Al irse el cormorán, se liberan los peces en el resto del estero. En su primer año, una dorada puede alcanzar los 150 gramos; en el segundo, unos 300. Para conseguir llegar a un kilo hace falta una crianza de tres años. En el chiquero se tienen un máximo de tres meses, un tiempo en el que siguen teniendo allí alimento y oxígeno.

La acuicultura extensiva es una pesca sostenible. Ya se nos dijo que cuando se combina la crianza de larvas en tanques y el desarrollo posterior de los peces en libertad es una acuicultura semintensiva. Cuando todo el proceso de crianza es en tanques o jaulas cerradas y se alimentan con piensos elaborados, ya es otra historia, con una acuicultura intensiva, de mucha menor calidad y peor sabor. Nacho nos dio una pista para detectar esas doradas de granja: cuando el lomo de arriba de la dorada es negro, es señal del estrés con el que han vivido en un cultivo intensivo.

Crianza de ostras rizadas

La ostra rizada francesa y la gaditana –aquí conocida como ostión- pertenecen a la misma familia Magallana gigas, pero tienen diferencias en su morfología y sabor: más rocosas y con más intenso sabor a mar en el ostión y con forma más estilizada y de sabor más fino en la ostra francesa.

Se nos explicó el cultivo de las ostras francesas, que deben protegerse de sus depredadores en el estero, las doradas y los cangrejos, un problema agravado por la expansión ahora de una especie invasora, el cangrejo azul, muy rápido y voraz. Se realiza un cultivo suspendido, con pochones (bolsas en francés), sacos de diferentes tamices de red que flotan en el agua, lo que permite que dispongan de abundante agua mareal para filtrar su alimento y es también una manera de proteger las crías.

Pochones de cultivo suspendido de ostras flotando en el estero

Además, posibilita controlar mejor la forma y consistencia de las ostras. A la ostra debe darle el sol, necesita un tiempo de quedarse en seco. Si está siempre sumergida desarrolla mucho la concha, es muy gruesa pero muy frágil; en cambio, si está un tiempo en seco, desarrolla una concha más fina pero más dura. Cada día, por tandas, se le da la vuelta al
pochón y de deja en seco.

Pochón para crías de ostra

A lo largo del crecimiento, las ostras ocupan cada vez más espacio en el saco, de modo que se clasifican por tamaño y se les cambia a otro
pochón, con un tamaño de tamiz más grande. Las ostras deben tener espacio para crecer y para desarrollar su capacidad de filtrar el agua. En los esteros que cultiva la empresa Estero Natural hay unos dos millones de ostras.

Pochón con ostras crecidas

Los ostiones están más acostumbrados a estas aguas y condiciones. Cuando alcanzan los 20-25 gr se dejan en el fondo y ahí ya crecen solos.

Las ostras son un alimento muy saludable, con mucho yodo, Tienen un sabor distinto según la temporada de recogida por las condiciones agua. La ostra en verano es más salada; mientras que en invierno, su mejor época, está hinchada, por tener las gónadas preparadas para reproducirse, y es más sabrosa y de textura más refinada. El ostión suele ser más verde que la ostra francesa por el fitoplancton con el que se alimenta.

Consejos para el consumo de ostras

Nacho nos dio finalmente unos útiles consejos para consumir ostras. Si la concha está abierta, como cualquier otro molusco de concha, la ostra está mala, porque está muerta. También debemos fiarnos de nuestro olfato y gusto: si huele mal o sabe mal, no la tomemos. Hay que indagar de dónde proceden, desechar las que venden los furtivos. En Estero Natural las lavan con agua a presión y las tienen 24 horas en la depuradora, con agua tratada con ultravioleta. Otro consejo de consumo: hay que tirar el agua, que no es un caldito de los interiores de la ostra sino simple agua de mar. Muchas indigestiones, sobre todo cuando se consumen en cantidad, proceden del efecto de tomar mucha agua de mar.

Nasas para camarones y langostinos

Finalizamos la visita asistiendo al levantamiento de una de las nasas con las que capturan camarones y langostinos, a los no se les pone cebo para capturarlos sino que caen solos en esta trampa.


Por las noches, buscando alimento, se mueven por los bordes del estero, hasta que se encuentran con el obstáculo de la nasa, que está diseñada para irlos conduciendo hacia adentro, con redes que se estrechan en forma de embudos, hasta que terminan encerrados dentro de la nasa. Cuando hicieron el arte de levantar una nasa, observamos que habían capturado algunos lenguados, lisas, langostinos, camarones y quisquillas.


Terminamos la actividad degustando ostras francesas y ostiones, donde pudimos apreciar las diferencias de sabor de unas y otros. Las comercializan a través de la empresa
Del´Aqua, de los que también probamos sus productos de caballa y atún ahumados junto a vino tinto Marqués de Tamarón, vino blanco Tierra Blanca y espumoso Barbadillo Beta Sur Brut Nature.


Al finalizar, la Delegación municipal de Turismo y Comercio nos obsequió con el recién presentado recetario La Cocina Salinera, con recetas, poemas y coplas, editado por el Ayuntamiento de Puerto Real y el Patronato de Turismo de la Diputación de Cádiz.


Jornada “Productores vinícolas del Parque Natural Bahía de Cádiz” (I): Viñas de Chiclana

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Asistimos ayer, en Chiclana, a la Jornada dedicada a divulgar el trabajo de los “Productores vinícolas del entorno del Parque Natural de la Bahía de Cádiz”. Una actividad integrada en el "Programa de participación y sensibilización ambiental para Espacios Naturales de la Red Natura 2000”, de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía. Estuvo muy eficazmente organizada por Atlántida Medio Ambiente SL.


En esta primera parte de la Jornada, dedicada al conocimiento de las viñas de Chiclana, intervinieron David Gómez, técnico de viñas del Consejo Regulador de las D.O. Vinos de Jerez y Manzanilla de Sanlúcar, y el viticultor Paco Rodríguez, de la Cooperativa Unión Viticultores Chiclaneros, que nos ilustró sobre su trabajo en la propia viña que cultiva.


El terreno de las viñas de Chiclana

David Gómez nos informó sobre las características del terreno donde se plantan las viñas, la normativa legal y reglamentaria a cumplir y sobre las principales labores de cultivo de los viñedos de la Denominación de Origen. Empezó por situarnos en la viña donde estábamos, rodeados de otras cercanas: al noreste del municipio, en el entorno del complejo endorreico (humedales sin salida al mar) formado por las Lagunas de Jeli y Montellano y atravesada por dos vías pecuarias, el Cordel de Fontanal y el de los Marchantes.


De las 8000 hectáreas de viñedo de la provincia, Chiclana cuenta con unas 250 hectáreas de viñas: unas 55 de la Bodega Primitivo Collantes, otras 15 de Bodegas Manuel Aragón y el resto cultivadas por los 170 socios que actualmente tiene la Bodega Cooperativa Unión Viticultores Chiclaneros. Muy lejos de las 3.725 hectáreas de viñedo en 1892, cuando la ciudad vivió su mayor producción vitícola, o las 3000 que aún tenía en 1970.


Estos viñedos se dividen en pagos, extensiones con características climáticas y de composición de las tierras similares. En Chiclana, según los suelos, encontramos pagos de Albariza (Pagos de las Cañaíllas, Nueve Suertes o El Molino), de Barro (El Marquesado, Los Llanos, Pinar de María), o de Arenas (Pago Melilla, Campano), en la inmediación de las playas, es un suelo ideal para la uva Moscatel.

Condiciones de cultivo de viñas acogidas a la Denominación de Origen

Al hablar de la reglamentación, David Gómez nos comentó que las viñas no se pueden acoger a las ayudas de la Política Agraria Común y que tampoco pueden plantarse libremente, se necesita autorización para que una plantación cambie su superficie ya existente y una concesión administrativa del Ministerio Agricultura, gestionada por las Comunidades Autónomas. Un proceso largo y complicado.


Para acogerse a la D.O. se han de cumplir normas generales de diferentes ámbitos -autonómicas, estatales o europeas- y las específicas del Reglamento y Pliegos de Condiciones de la propia D.O. En esos Pliegos se fijan para las viñas, entre otros, la zona geográfica; tipos de suelo; la producción máxima por hectárea (11438 kg de rendimiento máximo); la utilización de las prácticas culturales típicas del Marco de Jerez, como el tradicional sistema de poda denominado de vara y pulgar (o en Chiclana, los cordones dobles); las variedades de uvas autorizadas; los requisitos de riego sólo en caso de riesgo extremo; o los de madurez de la uva (un mínimo de 10,5 grados Baumé). El técnico nos informó que también se analizaban otros parámetros, como el ácido glucónico, generado por microorganismos y que mide la salud y la no contaminación de la uva. Los mostos resultantes de la uva obtenida en exceso no se pueden utilizar para la producción de los vinos protegidos y se utilizan para producir vinos acogidos a la I.G.P. Vino de la Tierra Cádiz o para destilar alcohol, lo que en la zona se conoce como mostos “para quemar”.

Labores de la viña

Nos hizo un breve repaso del ciclo vital y las labores de cultivo de las viñas, que desde la epidemia de filoxera ya se realiza con injertos en raíz americana, resistente a esa enfermedad, con variedades europeas ya adaptadas. Sólo las viñas plantadas en suelos arenosos resistieron la enfermedad. Nos contó la importancia de identificar las épocas en las que pueden aparecer plagas y enfermedades: oidio y mildiu, desde marzo; gorgojos, en abril; polillas y pulgones en junio; fungicidas contra podredumbre, en julio; polillas, en agosto; tratamientos foliares, en septiembre y octubre, etc. Y mantener estos tratamientos incluso después de la recogida de las uvas.


David Muñoz enumeró las principales labores de la viña. Empezando por preparar el suelo con el agostado, removiendo la tierra en profundidad para que se oxigene, que se aprovecha para llevar a cabo un abonado con estiércol y una desinfección del suelo. La plantación del barbón (patrón con raíces) se hace en invierno, para aprovechar las lluvias. Cuando se ha desarrollado, en agosto, se le injerta una yema de la variedad de uva (comúnmente Palomino) en el costado del patrón, por debajo de la superficie del terreno. Se liga ese injerto con rafia, dejando libre la yema en sí y se cubre ("aporca") toda la zona con tierra para proteger la zona injertada. A la primavera siguiente se descubre la zona injertada y comenzará a brotar la yema injertada, dando lugar a la parte aérea de la cepa. Si la yema no llegara a brotar, se injerta en púa. Durante los tres años siguientes se realiza una poda para conducir el crecimiento de la planta. La uva en estos años es de menor calidad y el vino obtenido se utiliza para obtener alcohol.


Ya con la viña adulta las labores tienden a ordenar su rendimiento, con podas durante el descanso invernal de la planta; castras al principio de primavera, para eliminar los brotes tiernos que no dan fruto y recastras en mayo para repasar la castra y dejar sólo los brotes principales; conducir las hileras de cepas con alambres para que el peso de los racimos no las tronche. Y, ya recogidas las uvas, proteger y preparar el terreno con el aserpiado, construyendo con montículos de tierra, entre las calles de la viña, unas piletas en las que se retiene y almacena el agua de lluvia de otoño e invierno, impidiendo que corra y se pierda por las pendientes de los cerros.

Terminó David Muñoz contando los que, a su parecer, son los dos grandes problemas del cultivo de viñas: el envejecimiento, hasta el punto que la Unión Europea considera como joven agricultor al menor de 40 años. El envejecimiento de los agricultores hace que cambien la viña por cultivos menos trabajosos (almendro, olivar). El otro problema son los Parques Eólicos y Solares en zonas de viñas, que producen una gran contaminación visual, lo que supone una grave pérdida de valor paisajístico y una merma de las posibilidades del enoturismo.

La viticultura desde la experiencia del trabajo

Continuó el agricultor Paco Rodríguez, tercera generación familiar que cultiva un pago de 5 hectáreas en las cercanías de la Puerta Verde de Chiclana. 


Habló de la importancia de la vinculación afectiva a la tierra, recordando a su abuelo que llegó a estos campos, entonces mucho más habitados, en tiempos en los que la agricultura garantizaba tener algo seguro para comer, con lo que diera el huerto, las gallinas, algún pequeño rebaño. Las cepas de esta viña tienen ya unos 35 años. Sigue manteniendo ese uso integral de la tierra proveedora: planta chícharos autóctonos –y también adoptados de otras agriculturas, si son más resistentes- y cardillos, o patatas en los pasos entre viñas, por donde saca la uva. Y, desperdigados, vemos algunos árboles: granado, ciruelo, moral.

Horno de pan y pozo de casa de la viña

Explicó lo que supone el problema del cambio climático, con muestras tan claras como que ahora se vendimia en agosto, cuando lo tradicional era por el día de la patrona, la Virgen de los Remedios, el 8 de septiembre; o en el mucho tiempo que están secas las cercanas lagunas de Jeli y Montellano.

Completó lo que ya había contado el técnico de la D.O. contando que añade abono orgánico –estiércol de vaca o de caballo- para combatir la sequía, porque el estiércol, además de aportar nutrientes retiene la humedad. Contó que él no realiza la labor de aserpiar, porque sus viñas están en llano; que es una labor para viñas en pendiente, para evitar que las escorrentías arrastren suelo y se pierda el agua. 


También contó las dificultades de mecanizar las viñas. En otros lugares se han introducido tractores grandes pero han perjudicado la producción porque, por su peso, allanan y apelmazan la tierra. Él utiliza un tractor pequeño, de cadena, que reparte su peso. También se lamentó de la pérdida de tunas, en este caso por la epidemia que padecen, y de higuerales, que se usaban como pantalla vegetal para proteger los cultivos de los vientos. Coincidió en el problema del envejecimiento de los viticultores, que no hay gente joven para las labores de poda, de injerto. Son conocimientos que están perdiéndose. Puso el ejemplo de El Puerto de Santa María que tanto patrimonio vinícola ha perdido, ya apenas queda tejido social de viñas.


Terminó explicando las condiciones especiales de las viñas de Chiclana, que luego encontramos en sus vinos. Los vientos de levante hacen que afecte menos el mildiu, sirven como protección sanitaria de las viñas. Pero, a la vez, el viento tira mucha uva, hace que se pierda. La uva en Chiclana alcanza menos grados de azúcar que en viñas de Jerez. Las bodegas de crianza estén situadas sobre zonas que antes fueron marismas, cercanas al mar, con humedad todo el año. Por eso, aquí el velo de flor de la crianza del vino tiene 310 días de vida, por las condiciones del clima. En Jerez, donde tienen un clima más continental, construyeron bodegas mastodónticas para crear ese clima. En Chiclana se consigue con bodegas pequeñas.

Jornada “Productores vinícolas del Parque Natural Bahía de Cádiz” (II): Bodegas de Chiclana

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La segunda parte de la Jornada de ayer sobre los “Productores vinícolas del entorno del Parque Natural de la Bahía de Cádiz”, estuvo dedicada a la elaboración y crianza del vino en las bodegas de Chiclana. Una actividad integrada en el "Programa de participación y sensibilización ambiental para Espacios Naturales de la Red Natura 2000”, de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, organizada por Atlántida Medio Ambiente SL.


Fuimos recibidos en las instalaciones de la Cooperativa Unión de Viticultores Chiclaneros por su Presidente. Manuel Manzano. Rafael Martín Ballesteros, Director-Conservador del Parque Natural de la Bahía de Cádiz, explicó la importancia económica de estas viñas, que rodean espacios protegidos como el propio Parque Natural y la Reserva Natural del Complejo Endorreico de Chiclana, con las lagunas de Jeli y Montellano. Explicó que la viticultura al lado del mar es difícil y tiene mucho valor cultivar en esas condiciones de alta humedad que favorecen enfermedades en las viñas. Pero, igualmente, el punto salino del rocío del mar transmite a los vinos una personalidad propia. Recordó que las siete cooperativas aportan más del 50% de la uva amparada por las D.O. del Marco de Jerez.


El enólogo Sebastián Aragón, gerente de Bodega Manuel Aragón, se encargó de explicar los fundamentos del muy especial sistema de crianza y envejecimiento del vino en el Marco, con intención, recalcó, “de transmitir cultura del vino”.


La vendimia

Centrándose en los vinos de Chiclana, destacó el efecto de los vientos atlánticos y el rocío, que permiten que no se rieguen las viñas, que la planta consiga naturalmente la humedad que necesita. La cooperativa memoriza los pagos, de microclima y tierra parecida, y elige las viñas para coger esas uvas según su grado de maduración, cuando la uva consiga un equilibrio entre acidez y azucares. Si se deja mucho tiempo más alcohólico pero no ácido: muy cálido. Si muy pronto, vino muy ácido. En la vendimia, la selección de las uvas se hace en la misma viña, desechándose allí mismo las rotas o defectuosas. Para los vinos dulces se vendimia con las uvas sobremaduradas, con una alta concentración de azúcares.


Vinificación

Esa uva en la cepa está recubierta en toda su superficie por una capa blanca polvorienta, cerosa, la pruina, donde están las levaduras. Para obtener el mosto molturan la uva, con rodillos para romper el grano sin destrozar las pepitas ni el raspón. En la vinificación de los vinos secos, que se realiza en depósitos de acero inoxidable enfriados para controlar la fermentación, la casi totalidad de los azúcares de ese mosto fermentan y se convierten en un vino joven de 11-11,5º, conocido en la zona como mosto. Si, como en otros vinos, las levaduras fermentativas van desapareciendo a medida que los azúcares se convierten en alcohol, en el Marco de Jerez existen otra serie de levaduras autóctonas, las que forman la flor del vino, que necesitan un rango de contenido alcohólico para desarrollarse.

La vinificación de los mostos de moscatel es distinta: se corta la fermentación añadiéndoles alcohol de vino hasta que llegue a unos 10º grados alcohólicos, con lo que quedan bastantes azúcares en el vino.

Clasificación y encabezado

Hacia finales de diciembre esos vinos nuevos se clasifican en dos grandes grupos: los más pálidos y con mayor finura van para crianza biológica como finos (en Sanlúcar, para manzanilla); los de más cuerpo, para crianza oxidativa como olorosos. Estos vinos base se encabezan o fortifican con alcohol de vino, de forma gradual hasta elevar la graduación del vino, los finos hasta 15º y los destinados a olorosos hasta los 17º. Son las sobretablas, donde los vinos inician su envejecimiento en el sistema de criaderas.

Envejecimiento

El sistema tradicional de envejecimiento de los vinos del Marco de Jerez recibe el nombre de "Sistema de Criaderas y Solera". Se trata de un sistema dinámico, mediante el cual se mezclan vinos de distinta edad de envejecimiento, de forma que se estabilizan sus características. 


La escala (fila) que contiene el vino con más crianza se sitúa sobre el suelo, es la solera. Sobre ésta se colocan las distintas escalas que la siguen en menor vejez (criaderas), enumeradas por su antigüedad (1ª criadera, 2ª, 3ª, etc.). El vino que se embotella o consume se extrae de la solera. Lo sacado se repone con la misma cantidad de vino de la primera criadera, y lo sacado en ésta se repone con vino de la segunda criadera y así, sucesivamente, corren las escalas, lo que se saca de una bota se llena con la criadera de encima suya. Suelen hacerse dos o tres sacas al año.


Dentro de las botas donde se realiza crianza biológica, la flor consume parte de ese alcohol y otros componentes (restos de azúcar, glicerina) y, a la vez, producen otros, como acetaldehídos, que aportan aromas al vino. Para desarrollarse la flor necesita unas condiciones adecuadas de temperatura y de humedad, además de cierta aireación. Para que tenga ese oxígeno que necesitan las botas no se llenan completamente.

En la crianza oxidativa ha desaparecido la flor. El vino envejece en contacto con el aire y adquiere aromas característicos a almendra, a ciruela.

Cata de Fino Chiclanero

Es de color amarillo verdoso, limpio. Aromas salinos, limpios, a vainilla y madera. Antes de tomarlo nos recordó las sensaciones que vamos a notar en la boca: lo primero los azúcares, el dulzor en la lengua; la acidez en los laterales; astringencia, detrás, al final de la boca; y, finalmente, la salinidad, arriba, en el paladar.


Cata de Moscatel Solera Matías

Comenzó citando a Plinio, que recomendaba el vino moscatel de costa, cercano al mar: “si no el vino se entristece”. La uva moscatel crece mejor en las arenas. La crianza en bota le da un color ámbar con reflejos cobrizos. Es un vino sin crianza biológica sino oxidativa, por eso en la cata encontramos los aromas primarios de la uva, apareciendo primero el dulzor y después aromas a pasas, ciruelas, canela.


En un animado turno de preguntas, recordó el consumo tradicional en Chiclana del rebujao o repelizo, mezcla de vinos con una parte de dulce y tres de vino fino u oloroso. Precisó que la Manzanilla, como el Palo Cortado y, en general, todos los vinos, necesitan tiempo para que capte las características de la zona de crianza, dejar que la especial climatología de los lugares influya en los vinos.

Por la tarde, tras el almuerzo, se visitó el Centro de Interpretación del Vino y de la Sal, donde Juan Carlos Rodríguez, director del mismo, nos hizo una visita guiada para descubrir lo que ofrece ese museo ubicado en una antigua nave que perteneció a las Bodegas Primitivo Collantes.

Centro Interpretación del Vino y la Sal (foto web oficial del Centro)

Restaurante Cubagua (Cádiz)

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Visitamos en Cádiz el restaurante Cubagua (c/ San Francisco, 33), abierto hace apenas dos meses por el cocinero gaditano David Rodríguez y la venezolana Gladys Torres, que deja su impronta en los platos de esa nación latinoamericana que encontramos en la Carta, con una marcada tendencia de comida internacional. David Rodríguez ha trabajado en restaurantes de los Países Bajos, de donde ya se había traído sus cartuchos de especiales patatas fritas, acompañadas de distintas salsas, para su otro establecimiento en Cádiz, el freidor Frityes, con el que comparte local, aunque tienen entradas distintas.

Cubagua es el nombre de la isla del noreste venezolano donde estaba Nueva Cádiz, la primera ciudad española fundada en Suramérica, destruida luego por un maremoto a mitad del siglo XVI. Con ese homenaje, que une los dos países de sus propietarios, Cubagua recupera el local donde estuvo el histórico comercio Casa Durán, fundado en 1906, que fue primero mercería y luego tienda de recuerdos. Con una restauración espléndida, que ha descubierto paredes de ladrillo visto y arcos, o recuperado las viejas vitrinas y estanterías de madera, Cubagua es un lugar hermoso y cálido.

Empezamos con sus Patacones, tostón de plátano macho que viene con carne deshilachada, queso, coleslaw (ensalada americana de col blanca y zanahoria, crudas y ralladas) y salsa.


Seguimos con su Tabla de empanadas, de harina de maíz y rellenas, tres de ellas con carne deshilachada y las otras tres con queso latino. Vienen acompañadas de guacamole y salsa picante:
 

Probamos su Cochinilla Pibil, que viene envuelta en hoja de plátano, con relleno de carne de cerdo cocinada a baja temperatura. Se acompaña de tortillas de trigo, pico de gallo y guacamole, para formar las tortillas:


Las tortillas que hicimos con la carne de la Cochinilla Pibil:


Seguimos con su Bacalao mantecao, bacalao cocido a baja temperatura presentado sobre polenta:


Entre los platos de barbacoa, este BBQ RIBS, un costillar de cerdo con toque ahumado, servido con patatas fritas y coleslaw:


Y terminamos los platos salados con este BEEF RIBS, costillas de ternera al vino a baja temperatura, acompañadas de patatas jardín:


Empezamos los postres con esta sugerencia del chef, fuera de Carta, un Quesillo, el postre tradicional venezolano por excelencia. Es una evolución en aquel país del flan que llegó de Canarias, que utiliza yemas de huevo en lugar de huevos enteros, y que incorpora leche condensada, inventada mucho después de que los flanes llegaran a América. Además, la receta lleva un chorrito de ron, leche fresca, azúcar, esencia de vainilla y ralladura de limón.


Terminamos con este Brownie, de chocolate con chantilly y Nutella:




Conserva casera de bonito en aceite

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Preparamos, paso a paso, esta conserva tradicional de embotado de bonito que nos permite disponer de este pescado todo el año, sin necesidad de frigorífico. Seguimos la receta según la prepara -también con sarda- nuestro amigo Chiki Santiago, de El vino que yo me empino. Este bonito lo conseguimos en el mercado de abastos de Algeciras, con un peso de poco más de un kilo, y allí mismo nos lo limpiaron y sacaron los dos lomos.


Empezamos por esterilizar los botes de vidrio y sus tapas, dejándolos hervir a fuego suave (que no hierva a borbotones) durante una media hora. Para que no se rompan, ponemos un paño en el fondo de la olla y los separamos con una cuchara de madera. Cuando podamos manejarlos, aún calientes, los sacamos y los dejamos escurrir boca abajo sobre una servilleta. (Usé unas pinzas grandes, de las de dar vuelta a las carnes, para no quemarme).


Mientras, cortamos los lomos de bonito al tamaño, aproximado, de la altura que tienen los botes donde vamos a conservarlos luego. Así tendremos trozos enteros y quedará una mejor presentación. Quitamos con unas pinzas las espinas a los lomos de bonito.


Para cocerlos, le añadimos a un litro y medio de agua dos cucharadas soperas de sal gorda. Cuando empiece a hervir añadimos los lomos. Dejamos cocer diez minutos.

Los sacamos y dejamos secar sobre papel absorbente. Cuando estén tibios les quitamos las pieles negras, para lo que utilicé la misma pinza de quitar las espinas. Reservamos la olla con el agua de cocer los tarros porque la utilizaremos luego, en la segunda cocción.

Ponemos los trozos de bonito, verticales, en los tarros y los cubrimos con aceite de girasol, sin llenar del todo el tarro, dejando un poco de aire, como un centímetro. (Una buena medida es llenar hasta que comienza la rosca del tarro de vidrio). Antes de cerrarlos, los dejamos reposar, para que salgan las posibles burbujas de aire que hayan quedado entre los trozos. Si hace falta añadimos más aceite.

No utilizamos aquí aceite de oliva porque le daría demasiado sabor y se lo quitaría al pescado. La función de este aceite es confitar el bonito. Mucho mejor es que añadamos ese aceite de oliva virgen extra cuando, escurrido de su aceite de conservación, utilicemos este bonito en ensaladas u otros platos.


Cerramos muy bien los tarros y los ponemos en el mismo agua de cocer los tarros. Ese agua debe cubrir completamente los tarros. Los protegemos, igual que antes, con una servilleta en el fondo y una cuchara de madera entre los tarros. Para esta segunda cocción, también en un hervido moderado (sin burbujear fuerte), los tenemos 35 minutos.


Pasado ese tiempo, sacamos los tarros cuando se puedan manejar (estarán aún bastante calientes) y los ponemos a enfriar boca abajo, sobre una servilleta. Se completará así el vacío de aire que necesita esta conserva.


Este es el resultado final. Los guardamos, en un sitio fresco y oscuro, al menos tres meses porque necesitan tiempo para que se mezclen los sabores.




Berza ligera de acelga y apio

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Aunque calificar una berza de "ligera" puede parecer una contradicción, lo que aquí indica es que se han aligerado mucho sus ingredientes grasos. La cocinamos sustituyendo el tocino por aceite de oliva virgen extra y las carnes de cerdo de la receta más habitual por otras de ternera. Como aclaración para quienes lean esta receta fuera de la provincia de Cádiz, decir que que por aquí se nombran como "berzas" a todos estos cocidos con verduras, en el sentido etimológico de vidria, la palabra del latín vulgar de donde procede y que significaba "cosas verdes" o "verduras".

Vamos a emplear algo menos de medio kilo de garbanzo blanco lechoso (que pondremos en remojo la noche antes) y un buen manojo de acelgas y otro de apio (que conseguimos de nuestro grupo de consumo de verduras ecológicas "Verdura Revolución", con huerto en Finca La Jaranita, Barrio Jarana, Puerto Real). Como carnes, pondremos sobre medio kilo de costilla de ternera, un cuarto de jarrete de ternera, un hueso fresco de rodilla de vaca, hueso salado de espinazo de cerdo y un chorizo Jabugito.


Ponemos en la olla a presión las carnes y huesos, menos el chorizo, y cubrimos con agua (sobre cuatro o cinco dedos por encima). Llevamos a ebullición y espumamos, retirando todas las impurezas y espumas.
Añadimos entonces las verduras, troceadas y bien limpias de tierra. Ponemos las pencas debajo y las hojas de acelga por encima. Cuando vuelva a hervir, añadimos los garbanzos remojados y el chorizo.


Ponemos una cucharada y media de comino molido y un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra.


Si la hacemos en olla a presión, necesitará unos 25 minutos desde que el vapor salga de forma continua. Si la queremos hacer a fuego lento tarda unas tres horas.


Preparo las berzas y potajes el día antes, para que se mezclen mejor los sabores. Al enfriar en nevera quedarás arriba la capa de grasa, que podemos retirar (al menos, en parte) si queremos el guiso aún más ligero.

Aquí el primer plato de la Berza, que presentamos con algo de caldo, garbanzos y verduras:


Y éste, el segundo plato, la pringá, con todas las carnes:



Bacalao de Rosi (al horno con tomate y cebolla caramelizada)

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Con unos cogotes de bacalao islandés comprado en el Mercado del Val de Valladolid preparamos esta receta que nos dio allí nuestra amiga Rosi.


Comenzamos poniendo a desalar los trozos de cogote de bacalao durante 54 horas (2 días y una mañana) en agua fría, manteniéndolos todo ese tiempo dentro del frigorífico, y cambiándole el agua cada 12 horas, menos el último que lo tendremos 6 horas.

Lo escurrimos bien de su agua de desalación.


En una sartén sofreímos un par de cebollas en un poco de aceite de oliva virgen extra (utilicé el estupendo Green Diamond, cultivado en El Palmar de Troya por mi amigo Joaquín). Las dejamos caramelizar allí, a fuego lento, unos diez minutos. Apartamos. En ese mismo aceite, marcamos un minuto los trozos de bacalao.


Los pasamos a una bandeja resistente al horno.


Cubrimos los cogotes marcados con tomate frito, que puede ser casero o casi caseros, como este que elabora la Finca La Jaranita (sí, también son amigos míos), con los tomates ecológicos que cultivan en su huerta de Puerto Real. Empleé sobre medio kilo de tomate frito.


A esos trozos de bacalao cubiertos de tomate frito le echamos por encima la cebolla frita caramelizada. Y llevamos la bandeja al horno precalentado a 180 ºC, dejándolo hornear durante 30 minutos. Hay que vigilar que no se queme la cebolla. Cuando veamos alguna punta negra, aún dentro del horno, removemos para que la cebolla se mezcle con el tomate. Pero no antes, porque queremos que la cebolla se siga caramelizando con el calor del horno.

Este es el bacalao de Rosi ya fuera del horno:


Y aquí ya emplatado:



Fabada asturiana

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Hemos preparado en casa una Fabada asturiana, siguiendo una receta tradicional, con la suerte de conocer la procedencia de sus ingredientes.

Hemos usado las fabes que nos regaló Ángel, que las había cultivado en su huerto de Roces (Gijón). En la foto, de principios de agosto, están aún en las vainas. Las secó en Melgar de Arriba, Tierra de Campos. Una fabes que han viajado hasta llegar a este guiso.


Las ponemos en remojo toda la noche. Escurridas las echamos en la olla y las cubrimos, dos dedos por encima, con agua fría. Añadimos una cebolla dulce entera, dos dientes de ajo y una hoja de laurel. Cuando empiece a hervir, cortamos el hervor dos veces añadiendo más agua fría. Soltará algo de espuma, que iremos retirando. Ya limpia el agua hirviendo añadimos unas diez hebras de azafrán y un puñado corto de sal marina.


En ese momento ponemos también el compango, que queden por arriba del guiso. He utilizado este combinado ecológico de Bienastur, elaborado por Cárnicos El Cuco, una empresas familiar de Oviedo. El compango incluye chorizo, morcilla y panceta salada, de carnes de cerdos criados con libertad de movimientos y ahumado tradicional con madera de roble.


Las dejamos cocer. Las hice en olla a presión durante 28 minutos. Si se hacen a fuego lento, que es lo ideal si tenemos tiempo, tardan unas dos horas.

Este es el aspecto terminadas:


Como todas los guisos y potajes de legumbres quedan mejor de un día para otro, cuando espesan el caldo. Así están al día siguiente:


Y así están presentadas en el plato:



Ensaladilla Jaranita

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Una versión de ensaladilla rusa que, aprovechando su capacidad para integrar con mayonesa ingredientes muy distintos, hemos creado para el encuentro que realizamos nuestra asociación de consumo ecológico "Verduras Revolución", en la Finca La Jaranita (Barrio Jarana, Puerto Real), para plantar una pantalla vegetal que proteja su huerta de los potentes vientos de la Bahía de Cádiz. Esta recién nombrada "Ensaladilla Jaranita" incluye, además de una mayonesa especial, con muchos ingredientes cultivados en la propia finca: patatas y zanahorias cocidas, cebolla y ajo crudo, mejillones abiertos con vino Palo Cortado, langostinos al ajillo y calamares fritos.

Empezamos cociendo sobre un kilo de patatas nuevas y un par de zanahorias, unos 25 minutos en agua salada. Las sacamos y, cuando enfríen un poco, las pelamos. Las ponemos en un bol, las troceamos y, con un tenedor, las machacamos, que quede un puré basto.

Pelamos los langostinos. Cocemos en agua las cabezas y pieles durante unos 5-10 minutos. Colamos el caldo y reservamos. Utilizaremos muy poco, el resto lo guardamos para aprovecharlo en otro plato (para un arroz, fideos o sopa de pescado).

En un par de dedos de aceite de oliva virgen extra (usé Green Diamond, un hojiblanca de cosecha temprana de El Palmar de Troya), echamos tres o cuatro dientes de ajo en láminas y un par de guindillas. Lo dejamos a fuego lento, confitando, durante unos cinco minutos. Después, añadimos las colas peladas de langostinos y subimos el fuego. Los dejamos hasta que cambien de color, no más de uno o dos minutos. Escurrimos esas colas y las reservamos con un par de cucharadas del aceite donde han frito. (Aproveché el resto del aceite, con sus ajos, para cenar un par de huevos fritos).


Abrí medio kilo de mejillones con una copa de Palo Cortado Bertola, con vejez de 12 años, de Díez Mérito. (Lógicamente se puede usar otro vino, por ejemplo una manzanilla fina, pero el sabor será distinto). El jugo que sueltan también se aprovecha para otra preparación (yo simplifiqué y junté los caldos de los langostinos y el de estos mejillones en un mismo bote que tengo congelado).


Tomamos unos diez mejillones cocidos y los picaremos junto a una cebolla fresca mediana y un par de dientes crudos de ajo, todo muy fino. Utilicé una picadora accesorio de batidora. Si no se tiene picar con cuchillo.


El tercer ingrediente son unos calamares fritos. Utilicé anillas, que corté, salé, pasé muy ligeramente por harina y las freí en aceite de oliva virgen extra. Los escurrimos sobre papel absorbente.


Ahora iremos añadiendo a la mezcla machacada de patatas y zanahorias cocidas, uno a uno, los ingredientes de la ensaladilla, removiendo para que se integren. Empezamos añadiendo el picadillo de mejillones, cebolla y ajo crudos.

A continuación, los langostinos al ajillo:

Y, finalmente, los calamares fritos, troceados en tacos. Reservamos algunos para decorar.

Por seguridad alimentaria, utilicé una mayonesa industrial (Ibarra sabor casero) porque era para una comida comunitaria, donde el plato iba a estar bastante tiempo al aire libre. Para casa recomiendo hacerla al momento. En ambos casos, le daremos un sabor especial añadiendo a la mayonesa ya montada tres o cuatro cucharadas del caldo de cocción de los langostinos y un par de cucharadas del aceite donde se hicieron al ajillo. Con esos añadidos, volvemos a batir, con lo que nos quedará una mayonesa marinera muy ligera.

Mezclamos todo con esta mayonesa y este es el resultado final, con su adorno de calamares fritos:



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